El Auge de los Ecosistemas Digitales: Interacciones en la Era Tecnológica

Cada época trae nuevas palabras y conceptos, los cuales se van generando conforme se crean productos, servicios y evolucionamos como sociedad. Con la llegada de la electrónica también se sumaron a nuestro vocabulario términos como televisión, calculadora, licuadora, lavadora, etc. Teclado, mouse y pantalla aparecieron con el desarrollo de la computación. El internet nos trajo email, googlear, nube y muchas otras expresiones que hoy se han vuelto parte de nuestro lenguaje cotidiano. 

«Ecosistema» es una palabra relativamente moderna. Fue inventada en 1930 para designar al conjunto de componentes físicos y biológicos de un sistema; se trata de una unidad compuesta por organismos interdependientes que comparten el mismo hábitat. 

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Durante casi 100 años la palabra «ecosistema» fue utilizada exclusivamente en los campos de la biología y la geografía, donde se usa para referirse a una comunidad de organismos vivos y al medio físico donde se relacionan; sin embargo con el desarrollo de la digitalización ha ganado un amplio uso.

La transformación digital de las diferentes industrias ha puesto esta palabra en todas partes. Esto debido a que la tecnología ha desarrollado la posibilidad de crear espacios virtuales donde pueden interactuar los diversos actores de un sistema digital. 

«Eco» es una raíz griega que significa «casa». «Ecosistema» quiere decir la casa del sistema, o el lugar donde vive el sistema; es decir el sitio donde ocurren las interacciones entre los organismos. Los ecosistemas pueden ser acuáticos, terrestres, mixtos y hoy en día ¡digitales! 

Según Wikipedia, el término «ecosistema» aplicado al mundo de los negocios, empieza a utilizarse en el año 2002 y se refiere a la red de interacciones y relaciones que se establecen entre los diferentes actores en el en un entorno virtual. 

Así nace el ecosistema digital, que es básicamente un ambiente creado en internet donde se puede almacenar, recuperar, manipular, transmitir y recibir información de forma electrónica. Pueden ser grandes o pequeños. Especializados o más genéricos. 

Un ejemplo claro de un ecosistema digital es el de las aplicaciones móviles. En este contexto, empresas como WeeCompany proporcionan las plataformas (sistemas operativos) en las que los financiadores y proveedores de salud crean y ofrecen productos para los usuarios. Además ofrecen servicios de análisis de datos y seguridad para el ecosistema y todas estas interacciones se entrelazan para dar lugar a una constante evolución del entorno y sus participantes. 

Las interacciones en un ecosistema de salud digital pueden ser variadas, desde el simple intercambio de información hasta el comercio electrónico y análisis de datos. Un paciente, por ejemplo, puede realizar acciones como agendar consulta, comprar sus medicamentos en línea, revisar y compartir estudios de laboratorio o expediente clínico con su médico. Los prestadores o proveedores pueden visualizar los bienes y servicios que proveen, llevar un registro e incluso encontrar patrones y tomar mejores decisiones que beneficien a los usuarios. Finalmente los financiadores de salud, como aseguradoras, empresas o bancos, pueden tener mejor control de los gastos y ofrecer nuevos productos. 

El término «ecosistema» ha evolucionado desde su origen en la biología para abarcar un nuevo significado en el mundo digital, y seguramente seguirá siendo un concepto clave a medida que avance la tecnología y la forma como interactuamos en el ciberespacio.

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